martes, 19 de noviembre de 2013

EL ALCOHOL CUMPLE TODOS TUS DESEOS


Etimología, etanol y mitos folklóricos
Si indagamos etimológicamente (no "etílica-mente") en la palabra "genio", tenemos que remontarnos a la mitología semítica (de Medio Oriente). Podría invocar directamente a los musulmanes, pero los hebreos (hebreos, no ebrios) tienen mitos similares. Es que son como Boca y riBer, Independiente y Racing, que al principio eran un solo club y ahora están enfrentados a muerte. La cosa es que en estas historias aparecen criaturas de carácter mágico atrapadas en una lámpara, la historia más conocida, o también en botellas, más comunes que la anterior. Bichos sobrenaturales conocidos como "genios", espíritus de la botella.

La palabra "genio", que por lo menos en francés significa espíritu, tiene un gran parecido con la forma anglosajona genie, cuya pronunciación se asemeja al original djinn en árabe. Los djinn figuran en el Corán y son los demonios de la botella de los mitos musulmanes y judíos, habitantes de un mundo invisible para los humanos, todopoderosos pero malvados en esencia, que una vez liberados conceden deseos truculentos que terminan enredando al pobre que los soltó de su prisión. Sólo invocando a Alá o pidiendo ayuda a un santo rabino podían liberarse de ellos.

Ahora hagamos un paralelo entre estos seres, la palabra "genio" y "espíritu", porque las bebidas alcohólicas de alta graduación se conocen en inglés como spirits, de donde nosotros obtenemos aquello de "bebidas espirituosas". De hecho, el "espíritu" de un vino suele medir su valor alcohólico (o algo así).

Había sido que Alá creó tres clases de seres inteligentes: los ángeles, los genios y los hombres (lo cual también incluye a las mujeres, no se pongan locas). Los genios compartirían con los humanos el libre albedrío: es decir, pueden desobedecer a Alá. No así los ángeles aunque al parecer eran como más capos que los otros. Hubo un genio en especial, el orgulloso y arrogante Iblís, tan poderoso que era considerado casi un ángel, y por esto mismo se negó a postrarse ante Adán, el primer hombre, alegando que su clase había sido creada “de la pura llama del fuego sin humo”, mientras que los hombres fueron formados del mero barro. Y lo echaron del paraíso. Alá tenía intenciones de castigarlo aún más, pero Iblís pidió clemencia y su sentencia fue pospuesta hasta el Día del Juicio Final. Iblís entonces se propuso llevarse a todos los hombres al infierno con él, como venganza, comenzando con Adán y su mujer, mal aconsejándolos para que desobedecieran a Alá al tomar el fruto del árbol prohibido.

Es entonces que Iblís es bautizado Shaytan, “el adversario” (muy parecido a Satán), y al waswas (que no es el equipo que dirigió D10S en Dubai), “el murmurador”, pues murmura en los oídos de hombres y mujeres inoculándoles la dulce tentación de pecar... Así que, según mí, deberían de haberlo llamado “el tentador”, y el alcohol también lo es (no soy alcohólico, eh!), porque desinhibe, libera de las ataduras morales, que llevan a "pecar". Y ahora, lo increíble viene cuando añadimos que los musulmanes tienen prohibido el consumo de alcohol, no se si tendrá que ver con todo lo anterior.

Caete de culo
Según los mitos, los genios comparten el mundo físico con los seres humanos y son tangibles, aunque su característica principal es ser invisibles, también puedan adoptar diversas formas. Tienen la capacidad de influir espiritual y mentalmente sobre los humanos. En la mitología mesopotámica, están asociados al ámbito divino, si bien no pueden considerarse dioses, sino principalmente, guardianes o seres tutelares de lugares donde los hombres no debían tener acceso. Existen seres similares en casi todas las culturas del mundo, a veces con características de duendes y otros seres mitológicos elementales de la naturaleza, que pueden atacar o ayudar al ser humano; y otras donde encarnan el papel de deidades, como el panteón de dioses vudú, a quienes suelen llamar LOS INVISIBLES. Otra religión africanista como la Umbanda (y variantes) suelen canalizar a través de una persona a los Orishas. Este tipo de posesión incluso tiene un nombre en el mundo árabe: maynun, literalmente, poseído por los genios.

Según el Corán, la única persona que llegó a controlarlos fue Suleymán el Sabio (el mismo rey Salomón de los cristianos). Se supone que tenía uno detrás de su trono susurrándole sabiduría, de ahí su proverbial juicio. Construían palacios para él y también formaban parte de su ejército. En Marruecos los que buscan la bendición de Alá adoran a un genio llamado Sidi Shamharush, que vive de día bajo la forma de un perro negro y por la noche adopta apariencia humana. La mitología guanche de las Islas Canarias deriva de los bereberes africanos, por esta razón también tienen genios en sus mitos. Pero es en las culturas occidentales, no influídas por el Islam, donde más sorprende encontrar análogos.

Los griegos, por ejemplo, tenían al dáimon (parecido a daemon en inglés). También eran llamados “poder”, “lo divino”, “el que reparte”, “lo deforme”, “espíritu”. Las acepciones relacionadas fueron compiladas en nueve atributos que los relacionarían con estados de ánimos, emociones, voces interiores y hasta con el destino. Los dáimones tenían una naturaleza animal, una mente racional, un alma supeditada a pasiones, un cuerpo humano etéreo y eran inmortales. Mismas características que los impulsivos djinn.

La versión romana del dáimon es el genius, espíritu protector (algo así como los ángeles). Los genius eran los poderes que generaban la vida (dii genitales) y acompañaban al hombre en ella. Cada hombre tenía su propio genius como un segundo o el mismo espíritu, manifestándose a veces como malvado y otras como benigno, y que en nuestra muerte según su influencia, ascenderíamos a un estado de existencia más alta o bien seríamos condenados a uno inferior. Según el profeta Mahoma, toda persona tiene un genio como su constante acompañante (él también lo tenía, pero el suyo, por gracia de Alá, solo lo ayudaba a hacer el bien).

Para los pueblos nórdicos, los elfos eran espíritus hermosos y poderosos, quienes no estaban atados a limitaciones físicas, como los djinn, y podían atravesar puertas y paredes. El cruce entre elfos y humanos era posible en la antigua creencia nórdica, como lo demuestran los niños fruto de violaciones de ambos lados. Una ley musulmana del medioevo regulaba las condiciones relativas al matrimonio, descendencia y herencia entre genios y humanos. Los elfos también estaban asociados a espíritus protectores como los genius y los dáimones.

Los elfos nórdicos son muy similares a las hadas celtas del reino de los Áes Sídhe (pronunciado Os Shi,) y no se trata de esos seres diminutos con alas de mariposa), sino de seres semidivinos que viven entre este y el otro mundo, duchos en el arte de la magia, con conexiones importantes con la naturaleza y las deidades. Al igual que los elfos pueden cruzarse con los humanos y a menudo buscaban hacerlo, engañando a nobles caballeros para aparearse con ellos, o bien robándose a los niños y suplántandolos por uno de ellos. En algunos libros se menciona que las hadas hacen todas las cosas inocentemente, aunque su comportamiento pueda llegar a ser perverso.

Pero no todo queda en la antigüedad
Porque tenemos, por ejemplo, a los extraterrestres. Seres de la mitología occidental contemporánea, acordes a la nueva religión: la ciencia. Provenientes de otros mundos (ALF es una forma de la palabra “elfo” en sajón antiguo), los cuales ya no vuelan, sino que serían ocasionalmente vistos descendiendo de sus vehículos voladores. Siempre son tecnológicamente superiores, o disponen de poderes telepáticos y telequinéticos. Algunos son buenos y ayudan al hombre advir-iéndolo sobre desastres ecológicos (como las hadas), pero también suelen ser presentados como seres fríos y calculadores, que secuestran gente durante las noches para hacer experimentos o embarazan a mujeres para luego quitarles los hijos (como las hadas). A veces se les atribuye el papel de salvadores de la humanidad, plaga destructora e invasora, o simples observadores. Tienen infinidad de formas (como todos los seres anteriormente vistos).

ahora sí, chau.

Fuente: Artículo publicado en el Fanzine bonaerense "La Rebelión de las Ratas" Número #28, año 2013. Ediciones Cuello de Cóndor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario